Definitivamente, para mí, sí que tenemos relevo de bandas dentro del metal. Y más concretamente, relevo de bandas que basan su potencial casi ya más en lo visual que en lo musical. Y el que no lo quiera ver, pues tiene un problema y gordo.
Porque a nivel visual y de espectáculo, Powerwolf no le tiene nada que envidiar ahora mismo a bandas como Iron Maiden por poner un ejemplo. Simplemente hay que apoyarlas, comprar sus discos y acudir a sus conciertos, para que cada vez sean más grandes y puedan llenar grandes estadios o pabellones de capacidad media alta.
Porque sí, te podrán gustar más o menos, pero visualmente son espectaculares, al punto de ser cabezas de cartel de festivales, cada vez tener horarios mejores en festivales para demostrar su potencial a nivel espectáculo e incluso firmar fechas festivaleras únicas como acaban de anunciar en Leyendas del Rock para 2025 (servidor no quería volver a Leyendas por tema económico, pero me van a hacer ir).
Y, ¿A qué viene este alegato, pensareis? ¡¡¡¡¡Pues a que Powerwolf está de vuelta con material nuevo y qué material!!!!!
Porque ya lejano se ve aquel año 2005 en el cual debutaron con «Return in bloodred» y a base de tesón, empeño y ganas de convertirse en una gran banda a todos los niveles, y diez discos a sus espaldas, este 2024 nos entregan este gran disco, corto, directo y efectivo y que, aun manteniendo toda la esencia de la banda, introduce pequeños matices que están haciendo que muchos conocidos que habían «renegado» vuelvan a engancharse a su música.
La banda sigue siendo la misma de los últimos años, Attila Dorn a las voces, los hermanos Greywolf, Charles y Mathew a las guitarras y bajo, Roel Van Helden a la batería y Falk Maria Schlegel a los teclados.
Manteniendo la línea y la seña de identidad de la banda, la portada, de nuevo, vuelve a ser tan espectacular como llamativa, y con el lobo como personaje principal. Absolutamente fantástica y más todavía si posees la edición en vinilo o earbook que se aprecia mucho más todos los detalles (como es mi caso, earbook).
Y en cuanto a lo musical, pues como dije antes, once canciones en poco más de 37 minutos. Utilizando el argot futbolístico, cortito y al pie, cosa que agradezco enormemente. Dos adelantos y un tema el día del lanzamiento con tres video clips, cada uno más espectacular que el anterior, nos sirvieron y nos demostraron que Powerwolf miman todos los detalles y dejan claro que lo suyo es la música, el aspecto visual de la propia música y el espectáculo. Con «1589» nos enseñaron casi una película, con «Sinners of the sea» nos demostraron como hacer un video hiperespectacular y con «We don’t wanna be no saints» dejan claro que lo suyo es la crítica con ironía a la iglesia con otro video espectacular.
Porque empezar un disco con «Bless’em with the blade» es sinónimo de triunfo. Temazo directo a la yugular de cualquier fan de Powerwolf. Veloz como el viento y con un estribillo súper pegadizo, seña de identidad. Y ya aquí apreciamos una pequeña gran diferencia en todo el disco, algunas sonoridades más oscuras y épicas sin perder su esencia.
«Sinners of the seven seas» es la versión más épica de Powerwolf que he oído en años. Tema que estoy seguro de que caerá en los directos, porque tiene todos los elementos para triunfar dentro de su setlist y el plus añadido de la epicidad elevada a la enésima potencia.
«Kyrie klitorem» es mi tema preferido del disco. Sin más. Estribillo que no consigo eliminar de mi cabeza. Contundencia aderezada de melodía y con unos coros grandilocuentes y épicos. Sencillamente una genialidad de los Wolf.
«Heretic hunters» o lo que es lo mismo, el tema bailongo del disco. Al más puro estilo «Blood for blood» del anterior disco «Call of the wild». Tema ideal para que el público salte y cante junto a la banda, pero de nuevo con un ápice más épico y contundente.
«1589» es quizás el tema donde más han «arriesgado» saliéndose un poquito de sus propias estructuras musicales, y aun así, dándonos un temazo 100% Powerwolf y también desde mi punto de vista, una apuesta arriesgada, lanzar este tema como primer single.
«Viva vulgata» es otro temazo directo y contundente y otro estribillo que no podrás dejar de cantar de por vida, al más puro estilo «Army of the night». Otro tema que apunta a clasicazo de sus setlist.
«Wake up the wicked» al contrario que «1589» es lo menos experimental de todo el disco, es el tema que podría encajar en cualquier disco anterior y no desentonaría para nada. Tema 0% arriesgado y 100% apuesta a caballo ganador.
«Joan of Arc» o cómo honrar la memoria de Juana de Arco. Tema arriesgado por la temática, aunque no por la música. Al igual que el anterior, tema que apuesta a caballo ganador.
«Thunderpriest» uno de los temas más rápidos y agresivos que les recuerdo. Temazo que debería estar más alto en el tracklist, y que quizás, hubiera estado cojonudo para abrir el disco.
«We don’t wanna be no saints» mi segundo tema preferido del disco. En la más pura onda de «Dancing with the dead» y con la crítica absoluta a la iglesia, este tema me deja sin aliento. Absolutamente alucinante.
Y «Vargamor» cierra el trabajo, otro tema arriesgado manteniendo su idiosincrasia. Con ese inicio lento y oscuro, desembocando en otro gran tema en el cual experimentan quizás mas con la mezcla de oscuridad, epicidad y grandilocuencia.
En resumen, Powerwolf están de regreso con un gran disco que espero los catapulte definitivamente al puesto que merecen dentro de la escena, encabezando grandes giras y festivales y haciendo las delicias de sus hordas de fans.
Fotografías cortesía de la web oficial de Powerwolf
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