Por fin me he conseguido adentrar en el mundo de Blackhearth, y me maldeciré siempre por no haberlo hecho antes.
¿Por qué? Os preguntareis. Pues porque conozco a la banda desde los tiempos de la pandemia, mejor dicho, conozco el nombre de la banda y su procedencia, pero por H o por B, nunca había conseguido sentarme a degustar su música. Dos discos como el homónimo «Blackhearth» y «The Wrath of God», llamaron poderosamente mi atención por las portadas, espectaculares ambas dos pero como dije, por algún motivo u otro, nunca me senté a escucharlos, hasta que, con este EP, que también tiene una portada súper chula, me he obligado a escucharlos. Me he autoimpuesto la tarea de, por fin, descubrir a esta gran banda. Porque lo son, grandes músicos y compositores y es una gozada degustar música de tanta calidad.
Banda formada en 2010 nada más y nada menos en Durango (Bizkaia), que como dije, tienen 2 discos previos «Blackhearth» de 2019 y «The Wrath of God» de 2021, y en los cuales ya se denotan las maneras de grandes composiciones, basadas en un heavy metal más melódico y tradicional, pero con pinceladas de rock progresivo e incluso acercamientos al thrash metal en algunos riffs. Un cocktail de lo más apetecible.
Y este 2024 nos entregan su primer EP o tercer trabajo de estudio, llamado «Feast of the savages», de la mano de Pedro J. Monge en las tareas de grabación y producción en sus Chromacity Studios y el resultado ha sido más que alucinante.
La portada solo diré que ha ido a cargo de Jon Zig, conocido por ser el realizador de portadas para bandas como Suffocation o Dying Fetus, por poner algunos ejemplos. Os invito a que la admiréis en todo su esplendor porque es realmente espectacular.
La banda está formada actualmente por:
- Alain Concepción a las voces
- Endika Ortega y Alex Hernández a las guitarras
- Asier Larrea a las baterías
- Jorge Sánchez al bajo
Este EP es conceptual, basado en narraciones bíblicas, y que sinceramente, se me hace corto, muy corto. Acaba y deseo volver a pulsar play. De hecho, estoy deseando que me llegue la edición física, pues en esa hay dos temas más que no están en las plataformas digitales.
Y como todo buen trabajo que se precie, tenemos las colaboraciones de relumbrón de Carlos Escudero de Vhaldemar haciendo narraciones y Alberto Rionda que introduce el solo en el tema Fallen Kingdom.
Comenzando con el tema «The Whore», una intro de lo más oscura y aterradora, en la cual el contraste de los susurros de Carlos con la voz de Alain queda espectacular.
Y acto seguido nos topamos con «Feast of the savages» tema homónimo donde desarrollan todo su arsenal de metal melódico, aderezado con pinceladas de progresivo al más puro estilo Dream Theater. Tema soberbio donde destacan sobremanera los solos de guitarra, afilados y contundentes, en contraste con los riffs más oscurillos. Y ojo que los estribillos son alucinantes, se te van a quedar en tu cabeza a la primera escucha. Me han llegado a recordar en cierta manera a los grandísimos Symphony X.
Después de tal despliegue, nos topamos con «Cryin’ out for escape». Tema mucho más directo y contundente. Es un cañonazo directo a nuestra línea de flotación, con otro estribillo de esos que te mata literalmente, te corta como cuchillo en mantequilla y donde nos demuestran que saben dar caña y de la buena. Y ojo que dar caña no está reñido con hacer una canción de calidad y extensa, pues aun manteniendo una base potente, hay unas sorpresitas por el medio que os van a dejar boquiabiertos y que no desvelaré para que os obliguéis a escucharlo.
«Fallen kingdom» es el siguiente corte y donde colabora Alberto Rionda introduciendo un solo de guitarra. Este tema es para el deleite y disfrute de cualquier amante de la buena música. Desde el inicio calmado e intrigante, pasando por unos desarrollos más que interesantes y cambios de ritmo que te llevan y te traen a su antojo y, de nuevo, con unos estribillos super coreables hacen de este tema otra obra de arte. Insisto, deleitaros con esta canción y disfrutarla calmadamente y apreciando cada nota. Y especial atención a la parte de los solos de guitarra, los duelos, que son sencillamente alucinantes.
Y para terminar «The new Jerulasem», otra canción con narraciones susurrantes de Carlos que le quedan espectaculares a este tema, oscuro, opresivo y denso, que comienza con un piano que para nada hace presagiar la contundencia de estos dos minutos. No se si ellos la consideraran outro o canción al uso, pero para servidor, es una curiosa forma de acabar el trabajo, y que provoca, en mí, volver a darle al play.
Total, que he descubierto a una gran banda, que me ha volado la cabeza y de los cuales estoy esperando con ansias sus discos (espero que el servicio postal no los haya extraviado). Súper recomendables, porque atesoran calidad a raudales y que con este EP espero que den el salto ya, porque se lo merecen.
Fotografías cortesías del Bandcamp de Blackhearth
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