¡¡¡El regreso!!! Así de sencillo. Todos los elementos que me hicieron enamorarme perdidamente de estos locos estadounidenses y que creía que se habían perdido en su anterior trabajo, están de nuevo reflejados en este quinto trabajo si contamos el ep «Vintage».
Y es que allá por 2017 cuando se editó «Nocturnes and réquiems», esta banda me robó el corazón. Me embriagué con sus sonoridades, me perdí en sus cambios de ritmo que no te daban un segundo de respiro, me abstraje del mundo con sus ambientaciones opulentas y opresivas y disfruté y disfruto de cada segundo y cada nota de ese disco.
La pasión fue tal, que los he ido siguiendo desde entonces, lamentando muchísimo la muerte de Adam Sagan, sufriendo de lo lindo con «A prelude to sorrow» que contiene unas atmósferas de lo más angustiosas y que reflejan lo que sintieron con la perdida de Adam, gozándolo mucho con el ep «vintage» y llegando incluso a enfadarme por no entender el «Curse of autumm», con ese viraje a sonoridades más heavys y perdiendo, desde mi humilde punto de vista, parte de su esencia, pero que con el tiempo logró encandilarme aunque quizás sea el menos preferido de todos. (entiendo que la mano y la influencia del Sr. Schaffer estuvo más que presente en ese disco).
Y en este 2024 después de haber pasado por infinidad de contratiempos, lo que, por otra parte, parece la idiosincrasia de la banda, volvemos a tener a los Witherfall primigenios, más oscuros, más opresivos, más melancólicos, más progresivos y más Witherfall que nunca.
¿Por qué digo contratiempos? Pues por ejemplo por el hecho de tener que fundar un sello discográfico para poder distribuir su música, Deathwave Records, por el hecho de tener que volver a contratar a un nuevo dueño de la batería, y que tras muchas audiciones, el elegido ha sido Chris Tsaganeas, y quizás, el que para mí es y será, uno de los mayores lastres con los que ha tenido que pelear la banda, y es que los pudieran relacionar con el Sr. John Schaffer después del lamentable episodio de El Capitolio de Estados Unidos, cuando todo hacia indicar que la rampa de lanzamiento estaba lista y preparada para propulsar a la banda a niveles estratosféricos de popularidad.
Pero bueno, centrémonos en lo que realmente nos gusta y es su música y sus artworks.
De nuevo otro artwork memorable, de nuevo la mujer que aparece en todos los discos, en tonos morados, al regazo de la luna en un lago, muy acorde con los sentimientos que se revelarán dentro del disco. Ya sabéis que me encanta hablar de los artworks, y con Witherfall no tengo ningún tipo de filtro en sus artworks, me parecen todos obras de arte que quedarían espectaculares en lienzos y expuestas en museos.
La banda, sigue siendo la de los orígenes, pues sus tres miembros primigenios siguen siendo los mismos, es decir, el maestro de la guitarra Jake Dreyer, la voz inconmensurable de Joseph Michael y los ritmos de bajo imposibles de Anthony Crawford. A este trío de ases, como dije antes, se ha incorporado Chris Tsaganeas a la batería y Gerry Hirschfeld a los teclados.
Y como expuse antes, con este quinteto nos han regalado otra obra de arte en formato musical. Diez canciones y casi una hora de orgía musical de la mano de estos maestros de, como les etiquetan por ahí, dark melodic metal, pero como sabéis, las etiquetas para mí sirven de muy poco.
Y una cosa que es «negativa» y «positiva» a la vez y que he descubierto que ha sido premeditado por la banda, a sido el tema de los adelantos. Siete canciones, nada más y nada menos, se han podido escuchar, para quien así lo haya querido, pero que, para mí, le resta interés a descubrir las sorpresas que contiene el trabajo. Por esa razón, yo después del tercer single, me propuse férreamente no escuchar ninguno más, hasta poder degustar el disco al completo y en su orden cronológico. Aunque reconozco que como estrategia de marketing es alucinante pues han estado varios meses en boca de todos, editando singles y videos, pues de cada canción han grabado su correspondiente videoclip.
Y expuestos los hechos, vamos con la sentencia. Y el veredicto es que estamos ante el retorno glorioso de la banda a sus orígenes. Estamos de nuevo delante de una obra que se puede equiparar e incluso superar a tan magnas obras como el debut «Nocturnes» o «A prelude».
Porque nos vamos a encontrar todas las señas de identidad de la banda.
El principio rabioso, veloz, crudo y por momentos opresivo con «They will let you down» nos demuestra que están de vuelta, más vivos que nunca. Nos harán vibrar con los riffs mas cercanos al thrash metal, nos harán gritar de rabia acompañando a la voz de Joseph, que canta más alto y más rabioso que nunca, y que incluso nos acercará a tesituras que rozan el black metal, todo ello sin perder su identidad.
«Where do I begin» es la representación musical de cómo expresar emociones y que la persona que recibe esa «información» se llegue a emocionar tanto como ellos quieren expresar. Mi canción favorita del disco y una de las cinco mejores de su discografía para mí. Ese medio tiempo tan y tan expresivo, me ha llegado tan hondo que no me consigo quitar de la cabeza su estribillo. Toda la banda esta superlativa y solo puedo recomendaros que la escuchéis y os dejéis embriagar por ella. «Si los sueños mueren y tuviera una opción por donde empiezo», esta frase me ha «matado» literalmente.
«A lonely path» es una intro de lo más opresiva, poco más de un minuto que pone los pelos de punta y de da pie a «Insidious». Quizás el tema más veloz y rabioso y espeluznante de su carrera. Absolutamente abrumadora la potencia de este tema. Y ojo, que aun siendo «jodidamente» veloz, no está exenta de calidad, y si no, cuando escuchéis la parte central de los solos, vais a flipar. Ya me lo diréis.
«Ceremony of fire» con ese inicio que tanto me ha recordado a «Cementery gates» de Pantera y ese riff de música clásica (del cual no consigo poner nombre, pero es famoso a más no poder), es otra prueba del buen hacer de la banda. Otro tema marca de la casa y que, por momentos, sobre todo en los interludios y estribillos me recuerda a otro temazo como «Shadows» que me encanta.
«Sounds of the forgotten» otra joya donde los sentimientos están a flor de piel y otro estribillo que me está martilleando la cabeza hasta dejármela plana. Otro tema embriagador y que nos va a hacer volar y caer con la cantidad de emociones que pueden transmitir en los cinco minutos que dura el tema.
«Aftermath» es otra intro de poco más de un minuto, algo más calmada pero más caótica al final y que desemboca en «When it all falls away», otro tema para degustar tranquilamente, apreciando todos sus matices, todos los sentimientos que nos intentan transmitir y toda la calidad compositiva de la banda. Tema que quizás muchos tilden de balada, pero que para mí va más allá de esa «etiqueta» y que como digo, es el tema idóneo para sentarse a degustar con una copa de buen vino tinto.
«Opulent» o lo que es igual, una clase magistral de guitarra española que roza por momentos las texturas propias de el flamenco y que bien podría haber sido escrita por nuestro gran Paco de Lucía. Tema soberbio.
Y para finalizar, «What have you done», más de diez minutos de orgia musical a cargo de Witherfall, sin más. Todos los rasgos y sonoridades que la banda ha ido forjando durante el transcurso de sus años de carrera, reflejados y proyectados en una canción. Sencillamente espectacular, la forma de viajar desde la contundencia y la fuerza de las partes más duras a las partes más introspectivas y opresivas, sin que desentone nada y con una coherencia abrumadora, hacen de este tema, el broche de oro a esta grandiosa obra.
Witherfall está de regreso, más vivos que nunca y con la grandísima noticia de que van a girar por España y voy a estar viéndolos en directo, en septiembre en Madrid y más tarde teloneando a Angra en Barcelona.
Fotografías cortesía de la web oficial de Witherfall
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