Año extraño este 2024 en cuanto a lanzamientos musicales fuera de nuestras fronteras. Poca cosa o nada prácticamente me ha merecido la pena ni me ha sorprendido lo suficiente como para abrir el portátil y sentarme a escribir. Lanzamientos que son más de lo mismo, que todos conocemos y que no voy a ni nombrar.
Pero indagando y dejándome asesorar, se ha cruzado la santa inquisición en mi camino y no me he podido resistir a dejarme seducir por sus músicas, sus letras y su ambientación al más puro estilo siglo XII o XIII.
Estoy hablando de la banda francesa Ecclesia, que con su segundo disco «Ecclesia militans» me han convertido en un militante más por la causa.
Esas túnicas rojas, esas máscaras, esa ambientación y esa mezcla entre heavy metal tradicional y doom metal me han cautivado y atrapado sin haber podido resistirme lo más mínimo.
Y es que, aunque estén versados y basados en la Santa Inquisición, la verdad es que la banda se forma en 2016, lanzando una maqueta en 2017 llamada «Witchfinding metal of doom», y dos discos, en 2020 «The ecclesia universalis» y ahora en 2024 este «Ecclesia militans».
Las identidades reales de los miembros, como pasaba en la antigüedad, quedan en secreto sumarial, pero sí tienen unos seudónimos bastante interesantes:
- Frater Arnhwald a las voces
- Julius Accusator a las guitarras
- The Witchfinder General a las guitarras
- Frater Ignis Sacer al bajo
- Pater Walkelinus a los teclados
- Pater Hexenhammer a la batería
Ya con la portada te ganan, esos diseños eclesiásticos antiguos, esas tipologías medievales y las referencias a la inquisición y la edad media son sublimes a la par que soberbias. Sencillamente un gran artwork donde puedes sumergirte y buscar los pequeños detalles.
Y como digo, sorprendente es la parte musical, pues combinan perfectamente las partes más heavys y más pesadas, con las más doom, más lentas y opresivas con una maestría soberbia y han conseguido hacerme abrir bien los oídos y sumergirme en su imaginario.
Dos características son las, para mí, sorpresivas y que más me han encantado de este disco y esta banda. Los teclados goticosos, más típicos de una catedral que de un grupo de metal y la voz de Frater Arnhwald, que combina perfectamente los tonos más altos con los más rasposos, como si rompiera la voz. Una de esas voces tan peculiares y particulares que o las amas o las odias, y en este caso, es amor, porque joder que bien canta.
Y en cuanto a la música, pues diez temas y poco menos de 45 minutos de inquisición en estado puro. Desde la intro «Vade retro» que con esos cantos gregorianos y esa voz relatora, que se asemeja más un exorcismo que una intro y acabando con «Quis ut deus?» la outro que de nuevo parece un acto de expiación mas que una instrumental, vagaremos a lomos de los caballos de la inquisición, en busca y captura de herejes y enemigos de la causa.
Y ojo que, con tanta «parafernalia» podríais pensar que no hay calidad y justo lo contrario. Temas cañeros y heavys como «Is She Float» o «Et cum spiritu tuo» dejan bien claro que la caña está asegurada y que nuestros cuellos no volverán a ser los mismos después de escucharlos. Temas como «Antecclesia» o «The exorcism» desatan la vena más doom, más lenta y pesada y donde Frater Arnhwald desata toda su ira modulando su voz de una manera sobresaliente, combinando a la perfección sus registros más altos y sus más graves y rasposos.
Y como tema especial y mi preferido del disco, el homónimo «Ecclesia militans», el más heavy para mi gusto, y a la vez el más ambiental y doom, donde los teclados sobresalen de una manera soberbia y me hacen creer que estoy en una catedral viéndolos actuar en el altar. Espectacular canción y como dicen, me he convertido en un militante de Ecclesia.
Definitivamente un gran disco y el descubrimiento del año hasta la fecha, por la frescura y originalidad que demuestran en un género en el cual pensaba que estaba todo hecho y me han demostrado que no han venido a hacer un «copy-paste», sino que cogiendo todos los elementos y dándole su toque, se puede hacer música fresca y sorprendente.
Solo me queda añadir que no os resistáis, que os dejéis atrapar por la santa inquisición y expiar vuestros pecados junto a ellos.
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