Menuda joya dejé escapar el año pasado. Inmerso en lanzamientos que no me aportaban nada nuevo y sumido en el más absoluto hastío de discos que no me llenaban, este disco y esta gran banda escaparon a mi radar.
Pero, como dice el refrán, rectificar es de sabios, y de nuevo se han cruzado las huestes de Esa Englund en mi camino y esta vez, no se me han escapado. Gracias a los cielos por esta segunda oportunidad, porque me aventuro a decir que este trabajo es un discazo que debería estar entre los mejores discos de 2023 sin duda.
Prime Creation, que así se denomina la banda, proceden de Suecia (como no) y atesoran una calidad desbordante. Formados en 2015 practican un heavy metal señorial, contundente a la par que delicado, elaborado a la vez que directo y con una de esas voces tan especiales, que sin ser copia de ningún vocalista, tiene una impronta y un sello tan característico que te enamora a primera escucha.
Este trabajo ya es el tercero de su carrera, tras la estela de «Tears of rage» de 2019 y su homónimo de 2016.
La banda está formada por:
- Esa Englund a las voces
- Rami Rainamo a las guitarras
- Robin Arnell a las guitarras
- Henrick Weimedal al bajo
- Kim Arnell a la batería
Y a todo esto, os contaré como descubrí y redescubrí la banda. Pues fue gracias a su portada. Los artworks que se realizan desde los Remedy Art Studios me apasionan y esta portada está realizada desde allí. Como sigo las redes sociales de Remedy Art Studios, vi la portada, por segunda vez, y no pude refrenar mis ansias de buscar a la banda, porque la había visto hacia tiempo y me había llamado la atención y al volverla a ver, dentro de mi ser se produjo la paradoja de que una segunda llamada a ese artwork y a esa banda era por algo.
El artwork es tan espectacular como apasionante, cargado de pequeños detalles, y en unos tonos llamativos. La representación de un arcángel sobre un mundo en llamas me parece soberbia.
No en vano, este trabajo es una maravilla de principio a fin. Durante los poco más de 43 minutos, la banda nos deleita con unas grandes dosis de elegancia, entrelazada con una contundencia sin igual.
La voz de Esa es inigualable, cargada de dulzura y rabia, con esa tendencia a romper siempre pero sin llegar a ello.
Las guitarras tanto de Rami como de Robin son espectaculares tanto en los riffs como en los solos.
Y la sección rítmica tanto Henrick al bajo como Kim a la batería es alucinante, marcando los pasos a seguir al resto de la banda. Sobre todo, el trabajo de Kim a la batería me parece fantástico.
Con una intro de dos minutos llamada como el disco, nos introducen en su mundo de melodía y contundencia, que desemboca en el tema «Promised land» en el cual descubrimos la particular y embriagadora voz de Esa, que desprende dulzura y rabia a partes iguales como comenté antes. Tema veloz y elegante, en el cual el grupo te hace volar hacia la tierra prometida.
«Erased» es el siguiente corte y mi favorito, sin duda. Himno en toda regla. Canción que se debate entre la velocidad y la contundencia, aderezada con un estribillo que se te penetra la cabeza cual cuchillo en mantequilla caliente. Desde mi punto de vista, difícil empezar mejor un disco. Sublime!!!
Continuamos con «State dominion» y aunque el comienzo es algo más pausado, más cercano a un mid tempo, abrid bien los oídos, porque cuando entran los teclados, es el anuncio de la tormenta que se viene. Tema que te sube y te baja cual montaña rusa, pasando de ritmos más pausados a más veloces con una maestría espectacular.
«Fallen» nos enseña a los Prime más modernos y melancólicos. Medio tiempo refinado y categórico. Otro estribillo de los que no se te olvidan y una demostración de como demostrar sentimientos a través de la música.
«Journey throught a wasteland» es el siguiente corte. Tema que me ha sorprendido sobre todo por los teclados, que durante gran parte del tema le dan un colchón épico y que en otras tiene unas sonoridades que me han recordado muchísimo a Sabaton. Este tema quizás sea de los que más despista, porque transita a través de terrenos más que sorprendentes, que prefiero que los escuchéis vosotros mismos.
«Receiver of memory» nos devuelve a los Prime más modernetes en un tema en el cual si la voz fuera gutural, seria un tema ideal para In Flames. Esta canción tiene toda la fuerza del metal mas vanguardista y la calidez del metal más melódico. ¡¡Espectacular «We are out of control»!!. Y nuestras cabezas también haciendo headbanging al compás de este tema.
«My last farewell» es la balada que todo disco de metal que se precie contiene en su interior. Clase magistral de dulzura y elegancia sin parangón. Pero cuidado que no es la típica balada empalagosa, al contrario, es una balada que va creciendo en intensidad y emotividad hasta finalizar épicamente en alto.
«Into my world» es el penúltimo tema y de nuevo estribillo ultra pegadizo y coreable, ideal para los directos. De nuevo un tema más próximo a metal más moderno y que, otra vez más, y van muchas durante el disco, nos demuestran que atesoran una calidad incuestionable.
«Dystopia» nos sirve como cierre a este gran disco. Y al contrario de lo que suelen hacer muchas bandas, que es acabar con un tema rápido y veloz, Prime Creation nos entregan un medio tiempo cargado de épica y elegancia en el cual los teclados tienen un gran peso en la epicidad del tema que deja el disco en la cúspide y que te provoca volver a dar play en el reproductor y volverlo a escuchar.
Disco completísimo, ideal para descubrir a la banda y para adentrarte en esta nueva hornada de bandas que con solidas bases del metal más tradicional viran a sonoridades más modernas sin perder un ápice de la esencia de lo que es el heavy metal.
Trabajo que está de camino a mi colección y que estoy deseoso de degustar con el libreto delante de mí para impregnarme bien en sus letras.
Fotografías cortesía de la web oficial de Prime Creation.
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