Ya está aquí lo que, sin duda, para mí, va a ser uno de los tres mejores discos internacionales de este año.
Y no me duelen prendas en decirlo. Una de las muchas bandas en la escena metalera de la cual conocía el nombre, pero que nunca había entrado de lleno en su música.
Serenity, la banda austriaca, formada en 2004 y que hasta el año pasado no descubrí la calidad y la grandísima música que practican, han editado un disco cuasi perfecto, desde la primera nota a la última, entregándonos una excelente dosis de metal a caballo entre el power metal y el «progresivo» aderezado con unas sinfonías espectaculares.
¿Y cómo llegué a ellos? Pues sencillo y complicado a la vez. La banda, su nombre, me era familiar pero nunca había oído su música, hasta que, apareció Warkings y Fallen Sanctuary en mi horizonte musical. Se dice y se comenta, aunque no es oficial, que Georg Neuhauser, vocalista de Serenity desde los inicios de la banda es también el vocalista de Warkings. Y lo que sí es cierto es que Georg, junto a su amigo Marco Pastorino forman Fallen Sanctuary editando un disco llamado «Terranova» en 2022. Tengo que decir que Georg es uno de mis cantantes favoritos, estoy enamorado de su timbre de voz y de los sentimientos que transmite cuando canta, ya sea en Fallen como en Warkings . Y gracias a ese «amor», me comencé a adentrar en el universo de Serenity.
Lo mejor es que me adentré en la discografía de la banda con «Memoria», un disco en directo, en formato acústico, en el cual repasan su discografía y que me parece magnifico. Eso me hizo retroceder en el tiempo y su discografia, volviéndome adicto a «The Last Knight» y «Lionheart». Durante este verano nos han ido ofreciendo píldoras de su nuevo trabajo, poniendo las expectativas muy altas en referencia a lo que nos podrían ofrecer y que al escuchar todo el trabajo entero, las han superado sobradamente, hasta el punto de, como dije al principio, convertirse en, incluso, el disco del año internacional para un servidor.
La formación de la banda actualmente es:
- Georg Neuhauser a las voces
- Christian Hermsdorfer a las guitarras
- Fabio D’amore al Bajo
- Marco Pastorino a las guitarras
- Andreas Schipflinguer a las baterías
La portada, de las más bellas que he visto nunca, ha ido a cargo del artista Credo Quia Absurdum, y como digo, con infinidad de detalles, es digna de admirar una y mil veces. Os invito a que la veáis y la disfrutéis.
Y en lo musical, pues a mi parecer, la entrada de Marco Pastorino en la banda,ha dotado a la misma de más carisma, más musicalidad y unos tintes mucho más powermetaleros que en anteriores discos. Todo un acierto su incorporación y ojalá dure muchos años en la banda, y pueda compaginar su trabajo aquí junto a sus otras bandas como son Temperance y Fallen Sanctuary.
Y si dije antes que estaba enamorado de la voz de Georg, no es menos cierto que el resto de los miembros hacen un trabajo espléndido. Christian y Marco se compaginan a la maravilla con sus guitarras, con unos riffs y solos espectaculares. Fabio al bajo es elegancia en estado puro y Andreas en la batería y la composición es sencillamente alucinante. Toca la batería como los ángeles.
Once canciones incluida una versión orquestal de un tema del disco, en poco mas de 45 minutos de magia musical. Un viaje estratosférico a la vida y arte del pintor alemán Albrecht Duer, que entiendo que es también la figura principal de la portada.
Comienza el viaje con la intro «Memoriae Alberti Dureri», una intro con cantos eclesiásticos tan emotiva que eriza los vellos de mi cuerpo cada vez que la oigo y que desemboca en «The fall of man», temazo donde tenemos la sorpresa de la colaboración del grandísimo Roy Khan. Si ya la voz de Georg es espectacular, el dueto con Roy eleva el tema a la enésima potencia. Velocidad, contundencia y emotividad, se dan la mano en un tema powermetalero y épico como pocos y con una calidad y elegancia digna de ser admirada.
«Ritter, tod un teufel» tercer tema del disco y por primera vez se atreven con el alemán, al menos en el estribillo creo (esperando mi copia física para leer las letras). De nuevo Serenity en estado puro, potentes, melódicos y veloces y de nuevo con unos coros pegadizos y una épica sin parangón. Llegado a este punto, ya estoy completamente rendido a su música y eso que todavía queda lo mejor por venir.
«Soldiers under the cross», cuarta pieza de este puzzle, tiene un inicio de lo más tierno y dulce que recuerdo, la voz de Georg me embriaga y me transporta a tiempos remotos, en los cuales el llegar al final del día era la mayor victoria. Y tras el primer minuto y poco de viaje ancestral nos encontramos con un medio tiempo tan elegante que sobran las palabras. Canción preciosista donde las haya y la antesala a la mejor canción que he escuchado en muchos años.
«Reflections (of ad)» es la quinta canción, y la mejor de todo el disco sin duda y una de las mejores canciones que servidor ha escuchado en muchos años. Y la razón por la cual me he enamorado de este disco, desde que salió como single, hace unas semanas atrás. Esta canción lo tiene todo. Elegancia, velocidad, ternura, sentimientos, rabia y con el añadido de que Marco se atreve a cantar en una parte del propio tema. Canción que no me canso de escuchar y que llevaré en mi corazón por siempre. Si algún día puedo tener el honor de verlos en directo y la tocan podré ir en paz. Deleitaros con el tema, degustar de todas sus partes, las lentas, las rápidas, las dulces, las rabiosas y veloces. No hay adjetivos suficientes que puedan describir lo que siento cada vez que mis oídos se deleitan con semejante canción. Más de ocho minutos de viaje al centro de las emociones del ser humano.
«Sons of justice», sexto tema, nos devuelve un poco a los Serenity mas powermetaleros y menos sinfónicos. Tema más veloz y directo, ideal para los conciertos.
«Nemesis» séptimo tema, muy en la onda del anterior tema, pero más sinfónico y con unos aires arábigos que en ciertos pasajes me han retrotraído a Myrath. Con unos coros grandilocuentes y de nuevo un refinamiento superlativo a la hora de imprimir sentimientos a su música, provocan que volvamos a deleitarnos con otra joya dentro de este disco.
«The end of Babylon», octava canción y otra de mis preferidas. Un tema denso, pesado, incluso me atrevería a decir que, en ciertos momentos oscuro, pero repleto de sentimientos y, de nuevo, una elegancia sinfónica sin igual. Otro de esos temas que pasará seguro a formar parte de sus setlist. Lo de Georg cantando es tan espectacular como digno de estudio. Pocos cantantes hay en la escena actual que sean capaces de transmitir tanto con su voz como él.
«Crowned by an ángel» noveno tema y una de las más bellas baladas de los últimos tiempos. Tan emotiva como emocionante. Una autentica delicia musical. Una maravilla la forma de tratar las voces y los coros.
«The sky is our limit» décimo y último tema del disco y como reza el título, ¿El cielo es nuestro límite?. El de la banda no lo sé, pero el de un servidor, después del viaje a través de este disco y de su némesis, sí. Otra joya de tema, cargado de épica y belleza. Una gran forma de acabar el disco, en todo lo alto y no por la velocidad, sino por lo que consiguen expresar en cada canción.
Y como caramelo final, «The fall of man» en versión orquestal, que, siendo fiel a la original, nos enseña otra vertiente de la banda, dotando de toda la sinfonía posible a esa gran canción.
En definitiva, un grandísimo trabajo, cargado de elegancia, de refinamiento, de belleza, de buena música y de un mar de sentimientos que te hacen viajar por todos los parajes y tiempos de la vida del pintor Albretch Dusch.
Haceros un favor y entrad en el universo de Serenity, me lo agradeceréis.
Fotografías cortesía de la web oficial de Serenity.
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