Pues como dije hace unos días, si pretendía que este año fuera mas «tranquilo» en cuanto a lanzamientos, pues nada de nada.
Icestorm, los barceloneses, se han empeñado en que afile mi espada, pula mi escudo y saque brillo a mi yelmo para ir con ellos a combatir por las cruzadas del norte de Europa.
Y es que la banda catalana, ya me dejó flipando aquel día 1 enero de 2020 cuando los conocí teloneando a Deldrac. Su disco Saga, con esa propuesta de death metal melodico con temas tanto en ingles como en catalán, me dejaron anestesiado, solo superado por el hype de ver a Deldrac con Eric Moya al frente. Y reconozco que me arrepiento de no haber comprado su disco en el bolo, aunque lo he ido escuchando de vez en cuando y espero en breve poner solución a ese error.
Y no contentos con habernos pateado el culo ese día, han continuado en la sombra dando forma a este «The Northen Crusades» que saldrá a la luz el 24 de febrero y que gracias a la gentileza de la banda y de Blood Fire & Death he podido degustar ya.
No en vano, aunque puedan parecer desconocidos, este será su cuarto álbum y, aquí al menos, en la escena de Cataluña son bastante reconocidos.
Actualmente la banda la forman:
- Marc Storm a las voces (también cantante de Drakum)
- Alex Martinez al bajo y coros
- Jaume Roca a las guitarras y coros (también guitarrista de Siroll)
Ya, nada más ver la portada, sabes que te toca colocarte en posición de guerra e ir a la batalla. Impresionante artwork realizado por Piotr Arendzikowski (del cual os recomiendo visitar su website porque es una absoluta maravilla). Guerrero a lomos de caballo en posición de guerra, con escudo y espada, vamos la fiel representación de la guerra. Maravillosa portada, al menos para mi gusto y con el detalle de que parece realizada a mano, muy natural. Muy espectacular la verdad.
Y en cuanto a la música, pues permitidme que haga la comparación, pero es que seguro que la entenderéis. Amon Amarth, aprendan a hacer death metal melódico y déjense de tonterías.
Estamos delante de diez trallazos de puro death metal melódico que te dejaran sin aliento, te transportarán a la guerra y te harán disfrutar de la música como hacia tiempo que un servidor no disfrutaba, en cuanto a sonoridades más duras y extremas me refiero.
Y ojo que aun practicando death metal melódico incorporan elementos tantos mas heavy metaleros como más extremos incluido algún blast-beat que otro, dándonos a entender que la capacidad de los músicos no se ciñe solo a un estilo concreto, y que la innovación y la capacidad de sorpresa están a la orden del día en este disco.
Y si, aparte de todo esto, añadimos que se ha grabado en los estudios Axtudios y se ha contado para la masterizacion con Tony Lindgren de los Fascination Street Studios de Suecia (cuna de bandas como los Amon Amarth, Kreator, Arch Enemy, Dimmu Borgir , y un largo etcétera…) pues el resultado no puede ser más espectacular a la par que contundente. Un sonido y una potencia alucinante para un disco que va camino de la historia del metal, al menos en Europa.
Comienza el disco con una intro de lo más épica, al mas puro estilo del power metal europeo de bandas como Symphonity o Sabaton (de hecho, el narrador, Mark McCauley juraría que es el narrador de el último disco de Symphonity). El tema Se llama «Crusaders of God» y como digo es una narración espectacular que desemboca en «Across The Baltic Sea», donde se desata la tormenta sónica que te atrapa y te hace rehén del disco hasta el final. En este tema vemos el estado de forma pletórico de la banda, y como veremos en todo el disco y como dije antes, aunque la base es death metal, van introduciendo variaciones en los temas que provocan que no tengas un solo segundo de respiro. Cambios de ritmo, de intensidad e incluso de voz, que te dejarán extasiado. Aparte este tema ha sido el primer single y como carta de presentación ha estado cojonudo.
«The Iron Fist on the Lance Schaft», es el tercer corte (y espero que el próximo single) pues es un tema que me ha encantado. Con unos ritmos no tan acelerados, pero igual de densos y contundentes, que me provocan sentimientos encontrados, no se si ponerme a remar o montar una fiesta y bailar bebiendo hidromiel alrededor de una hoguera. Tema aplastante y con un estribillo que se te clavará en el cerebro y no saldrá, os lo garantizo. Y como os digo, en todos los temas encontraremos que no nos dan un segundo de respiro con los constantes vaivenes en los temas. En este, incluso sobre la mitad del tema, introducen unas sonoridades oscuras que me provocan pensar que estoy en un drakar atravesando la niebla.
«The Night Before The Battle», cuarto corte, es una pequeña pieza instrumental que mantiene la sonoridad y el tono del estribillo del anterior tema, pero con algo parecido a mandolinas (creo) y mucho más calmado, lo que es la calma después de la tormenta.
Y es, que, después del pequeño respiro anterior, viene «The Power To Fight», quinto tema, es otra bofetada en la cara. Caña y rabia en estado puro y otros estribillos ideales para corear en directo puño en alto. Incluso los pasajes algo más tranquilos hacia mitad del tema, desprenden una rabia y una garra abrumadoras.
«Clash Of Titans», sexto corte, es quizás uno de los temas más sorprendentes, por la mayor presencia de teclados que le dan una épica al tema espectacular y donde los cambios de ritmo son mas constantes y presentes. Para este tema, va bien el lema de si pestañeas te lo pierdes. Incluso me atrevería a decir, que dentro de los 3:29 minutos que dura el tema, es el más «progresivo» que les he escuchado.
«The Teutonic Charge» es el séptimo tema del disco y el más black metalero llegándome a recordar a bandas como Dimmu Borgir. Tema tan rápido como aplastante, opresivo a la par que machacón como hacía tiempo que no escuchaba. Pero ojo, que manteniendo la tonica del disco, hacia la mitad del tema, tenemos un gran parón, con otra narración de Mark Mccauley para dar paso a la «segunda» parte del tema donde retoman la velocidad y acaban el tema en un nivel estratosférico.
«Fields Of Death», octavo tema, es otro cañonazo a la línea de flotación si es que todavía te mantienes en pie después de lo oído antes. Todo lo expuesto antes, esta resumido en este tema, velocidad, rabia, contundencia, melodía, metido en una cocktelera y agitado, y como resultado este temazo. Aplastante.
«Novgorod Arise», noveno tema y aquí, aunque suene extraño, estamos delante del tema más «melódico» del disco. Tema que me ha recordado tanto a los Soilwork del «Natural born chaos» que he recuperado hasta ese disco y todo. Tan melódico y cañero que creo que debería haber estado mas alto en el track list del disco e incluso, si se me permite, debería ser candidato a single, pues muestra perfectamente la cara más melódica de la banda, pero sin perder un ápice de su agresividad y rabia.
«Triumph of The Pagan Warriors» es el último corte del tema, y si has llegado hasta aquí, es que has sido capturado por Icestorm y Icestorm no hace prisioneros. Y como en cualquier disco que se precie, el ultimo tema es el más épico del mismo. Tema para disfrutar y disfrutar escucha tras escucha, ya que rezuma épica por los cuatro costados, aparte de que la musicalidad es espectacular.
Y si has sido capaz de llegar hasta aquí, no podrás remediar darle otra vez al play, y no podrás evitar volver a encontrar algún detalle que no habías oído antes, dado que este disco crece y crece con cada escucha.
Marc esta en un estado vocal espectacular, alternando los guturales mas profundos con los gritos más rabiosos.
Alex al bajo ha conseguido un sonido tan apabullante que retumba cada nota por los altavoces.
Y Jaume a las guitarras ha hecho un trabajo tan alucinante que en cada escucha descubro un nuevo riff o una nueva nota en un solo que me fascina (es una guitarra y suena como dos).
En resumen, creo que es con diferencia, su mejor trabajo hasta la fecha, digno de las grandes bandas europeas, ejemplo para algunas para que retomen el camino perdido y la puerta perfecta para entrar en sonoridades más extremas, para, como yo, los amantes del power metal.
Fotografías cortesía de la web oficial de la banda.
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