Por fin, llegó uno de los días que mas esperaba este año 2022, desde que allá por mediados de 2021 se anunciara el cambio de fecha y los nuevos teloneros para la gira de Powerwolf, de la cual ya tenía la entrada desde la noche de reyes del 2021 (reyes metaleros). Cuando vi que Warkings venían acompañando en la gira europea, la emoción que me embargó fue tal que, hasta el día de hoy, no me lo acababa de creer. Ya que Warkings, para mí, es una de las grandes bandas emergentes de los últimos años, con su power metal alemán, directo y contundente y ardía en deseos de verlos defender sus temas en directo.
Con una puntualidad británica, la sala abrió puertas a las 17:30 y comenzó a entrar la gente que hacía cola casi dando la vuelta a la manzana cuando yo llegué, y a las 18:10 comenzó a sonar una intro que iba presentando a cada uno de los miembros, primero The Spartan (batería), luego The Crusader (guitarra), seguidamente The Viking (bajo) y por último The Tribune (cantante) para comenzar a descargar uno de los temas de su primer disco «Reborn». «The last battle» abrió y puso patas arriba el Razzmatazz, ya que me sorprendió mucho la cantidad de gente que los conocia. Durante los ocho cortes que presentaron, repasaron sus cuatro discos, aunque me sorprendió que no tocaran más de un tema de su último y recién estrenado disco «Morgana», ya que Secil Sen, alias Morgana, está girando con ellos, pero bueno, para ser la primera vez (y espero no la última) que los veía sobre un escenario, acabe más que satisfecho. La banda se movió por todo el «pequeño» escenario que les dejaron, pero con su escenografía, telón-bandera de fondo, batería oculta tras escudos espartanos, emblemas romanos a los pies de los micros, banderas templarias, etc…
Después de abrir con «The last battle», llegó el turno de Spartacus y la primera aparición de Morgana en el escenario, con el consiguiente estallido de felicidad de los que seguimos al grupo. Tema que sonó brutal y donde ya se metieron al público en el bolsillo. Con todo el mundo entregado, desgranaron «Maximus», donde «The Tribune» nos animó a saltar al ritmo de la música con el mítico «jump jump». Alucinante ver como la Razzmatazz botaba al son del tema. Para el siguiente, volvió a aparecer Morgana, con la vara de bruja con la que sale en el videoclip del único tema de su último disco que tocaron, el tema era «Monsters» y lo clavaron. Para el siguiente, que, desde mi punto de vista, fue el punto álgido, eligieron «Fight» invitándonos a pronunciar solo tres palabras: Fight Fight Fight. La comunión con el público fue absoluta y el tema quedó de 10 incluido el final donde Tribune se lució aguantando el tono hasta límites insospechados. Hepahistos fue el siguiente en caer, tema que anunciaron que dedicaban al dios del fuego y que está bien, pero para mi gusto, la aparición del Hephaistos sobre el escenario con el mazo y haciendo el loco, quedo demasiado loco, creo que se lo podían haber ahorrado.
Acercándonos al final del show, nos anunciaron que volverían este año (ojalá) con show completo y acto seguido desgranaron «Sparta» con Morgana de nuevo en el escenario al grito unánime de Ah-hu. Y como colofón «Gladiator», que comenzó con problemas en la guitarra de Crusader que consiguieron solucionar para acabar el concierto en todo lo alto. Alea Jacta Est como ellos mismos dijeron, ya se han presentado demostrando que son banda estable y ojalá vuelvan pronto, ya sea en festivales o en sala.
Setlist Warkings;
- The last battle
- Spartacus
- Maximus
- Monsters
- Fight
- Hephaistos
- Sparta
- Gladiator
Parón para el cambio de escenario y para aprovechar e ir al puesto de merchan y a las 19:10 comenzaban a descargar su power-speed Dragonforce. Puedo decir muy poco de esta banda y su concierto, ya que no me gusta este tipo de música y aproveché para recuperar fuerzas. Como escenografía, me sorprendió mucho las dos máquinas arcades gigantes en las cuales se iban subiendo a tocar y donde veíamos imágenes de videojuegos míticos como Out Run. Batería elevada y ventiladores para lucimiento del cantante, pero como digo, no atendí mucho a su concierto. Por los comentarios que escuche a posterior parece que el publico que iba a verlos acabo altamente satifescho, pero como dije, para mí, son tremendamente aburridos.
Y llegó la hora, movimientos sobre el escenario, cambios de lonas, desmontaje y montaje de elementos, que nos avanzaban que la misa metalera con Powerwolf estaba a punto de comenzar.
He de decir que Powerwolf, aparte de llevar dos décadas o más dentro del negocio de la música, debemos empezar a considerarlos banda que relevará a alguno de los dinosaurios que en breve caerán por edad. Si en los conciertos en festivales o recintos más grandes la escenografía y el fuego forman parte de su show y, alguien podría achacar que por eso va la gente a verlos, en salas más «pequeñas» como ha sido en Barcelona o Madrid, han demostrado que no les hace falta el fuego para dar una clase magistral de metal. Han traído prácticamente el mismo show escénico, a excepción del fuego, y en Razzmatazz han llenado todo el escenario con toda la escenografía que han traído. Telones que iban cayendo en función de los temas, la batería alzada al lado derecho y a la misma altura, pero a la izquierda los teclados, escaleras que permitían subir a la misma altura al resto de la banda, en definitiva, lo mismo que en otros shows de la gira, pero sin fuego. Y en Barcelona no importó, porque la gente quedó entregada desde el minuto cero y Powerwolf dio una lección magistral de metal, de cómo contentar al público y dar un espectáculo a la altura de las grandes bandas.
A las 20:30, puntuales como si de ingleses se tratara, comenzó el show con «Faster than the flame» de su último trabajo «Call of the wild» y la Razzmatazz ardió sin haber ni una chispa de fuego por ningún sitio. Espectaculares todos, Attila con una voz impecable, Falk María corriendo por todo el escenario cuando no tocaba sus teclados, Roel, detrás de su batería, efectivo 100% y los hermanos Greywolf pues haciendo de las suyas, intercambiando posiciones, subiendo y bajando por las escaleras centrales y animando al público. La comunión y la complicidad entre la banda y el público fue una nota predominante en todo el concierto, que para mí no tuvo ninguna fisura.
En «Incense and iron», apareció sobre el escenario un monaguillo con un incensario de metal para aplicar un poco de incienso sobre nosotros.
Destacable fue el rescatar un tema antiguo como «Cardinal Sin», que es una bomba de velocidad y corear puños en alto, como sucedió cada vez que Attila repetía el estribillo.
Entre tema y tema, como siempre, Attila super comunicativo con el público y el público muy receptivo a los comentarios, como no podía ser de otra forma.
Del último disco, aparte del principio con «Faster…», también cayeron los temas «Dancing with the dead», donde Attila nos animó a bailar, «Beast of Gevaudan» y «Blood for Blood», que por cierto, me sorprendió mucho que la tocaran como segundo bis…
En «Stossgebet», apareció una cruz de luces enorme detrás y que iluminaba el escenario y a Attila sobre todo y que combinado con los juegos de luces quedó sublime. Como digo sin fuego se puede vivir perfectamente.
La parte más calmada y emotiva estuvo cuando plantaron en medio del escenario un piano y Falk Maria comenzó a tocar las primeras notas de «Where the wild wolves has gone», balada que tocaron fantásticamente con un público entregadísimo y que nos sirvió a modo de pequeño descanso despues de tanta caña.
Otra nota que me sorprendió fue la inclusión del tema «Sainted by the storm», más que nada porque es un single que no se encuentra en ningún disco, y me pareció arriesgado tocarlo, a sabiendas que no todo el mundo es partidario de comprar singles, pero la verdad es que la gente sabía el tema y lo coreó como uno más.
Aspecto que agradecí mucho fue el no alargar en demasía las tonadillas de «Armata Strigoi». Cierto es que cuando empezaron con la tonadilla para anunciar el tema, Attila comenzó y en la segunda estrofa paró porque la gente lo cantaba sin esperarlo siquiera. Cuando el público terminó dijo algo así como que había visto a alguien que no la sabía y la repitió él mismo. Y ya entrados en la algarabía del tema, cuando a mitad más o menos tenemos que cantar con la banda, en otros shows de anteriores giras, lo alargaban hasta aburrir y en esta, creo que fueron una o dos repeticiones nada más, cosa que agradecí porque no le restó ni un ápice de intensidad al tema ni supuso un parón en el ritmo del propio concierto. No en vano fue el sexto tema del setlist.
La verdad es que el concierto transcurrió a toda velocidad, himno tras himno hasta «Let there be night», con el cual se retiraron a camerinos, aunque todos sabíamos que volverían a salir, ya que no encendieron las luces de la sala, y el retorno fue si cabe más épico y espectacular.
«Sanctified with dynamite» fue un trallazo para retomar la parte final del show, donde nos hicieron volver locos con los coros para proseguir con «We drink your blood» en el cual nos invitaban a brindar al ritmo de la música y como trallazo final «Werewolves of Armenia», en la cual, antes de comenzar, como casi siempre, se dividieron el escenario entre Attila y Falk Maria, cada uno haciendonos gritar o bien Hu o bien Ha, para ver quien tenía más potencia en los gritos, para acabar con un grito al unísono para comenzar el principio del fin del concierto.
En definitiva, Powerwolf dieron un recital por todo lo alto, sin fuego, es cierto (gracias a la legislación en España, que no permite ni fuego ni pirotecnia en recintos cerrados de ciertas características), pero no les hizo ni falta, pues demostraron que están ahí por su música y sus shows, y que, aunque no traigan pirotecnia, sus conciertos son igual de intensos y espectaculares. No en vano, tocaron 1 hora y 45 minutos, cosa casi inaudita en los últimos conciertos que he asistido, en los que no sobrepasaban la hora los cabezas de cartel. Solo espero y deseo que, en la próxima gira, vayan a sitios más grandes como Sant Jordi Club por ejemplo y podamos disfrutar más todavía con unos Powerwolf 100% como en el resto de Europa.
Y como resumen general del concierto, Warkings al más puro estilo romano «Veni Vidi Vinci» pues dieron un concierto arrollador en tan sólo 40 minutos y se ganaron al publico de principio a fin, Dragonforce según los fans gustaron mucho, y Powerwolf sentaron catedra en Barcelona.
Setlist Powerwolf:
- Faster than the flame
- Incense and iron
- Cardinal sin
- Amen & attack
- Dancing with the dead
- Armata Strigoi
- Beast of Gevaudan
- Stossgebet
- Demons are a girl’s best friend
- Fire and forgive
- Where the wild wolves have gone
- Sainted by the storm
- Army of the night
- Blood for blood (Faholad)
- Let there be night
- Sanctified with dynamite
- We drink your blood
- Werewolves of Armenia
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