Rock Fest Barcelona, viernes 1 julio. Entro al recinto con mi hermano y nos vamos al puesto de merchan a mirar camisetas de Blind Guardian, que también tocaban ese día, y veo una camiseta con una especie de pulpo raro y me aventuro a comprarla. La camiseta es de Alestorm, los piratas escoceses que había oído que eran una fiesta, pero no imagine que tanto, ni mucho menos que me engancharía a la banda de forma irremediable.
Dieron un conciertazo bajo un sol de justicia incluyendo el telón de fondo con el nombre de la banda emulando la tipología de Manowar e incluso llegándose a presentar con los nombres de los propios Manowar, en clara alusión a que los «Kings of metal» no vinieran al Rock Fest. Incluso debajo del nombre de Alestorm se podía leer «Kings of pirate metal» y para más cachondeo adaptan el principio de «Kings of metal» de Manowar en el comienzo de su tema «Treasure chest party quest». Una maravilla y un espectáculo con el cual me capturaron sin piedad. Si es que incluso inflan un pato de esos amarillos con los que juegan los niños en la bañera, sencillamente hilarantes y divertidos, aparte de musicazos de nivel.
Como dije antes, no conocía ninguna canción de ellos, más allá de lo que escuché en Rock Fest y el día siguiente me puse con la discografía, empezando por este «Seventh rum» que es su último disco, editado a finales de junio y no puedo dejar de escucharlo, sencillamente me he embarcado con ellos por los mares del caribe en busca de tesoros, cerveza y ron.
Estamos delante del 7º disco de estudio de los escoceses y después de haber escuchado algo más anterior, he de decir que es su disco mas duro, contundente y a la par festivo que han editado, sin duda.
Si es que, hasta la formación de la banda es curiosa, ya que consta de dos teclados…
- Christopher Bowes a las voces y teclados (keytar)
- Mate Bodor a las guitarras
- Gareth Murdock al bajo
- Elliot Vernon a los teclados
- Peter Alcorn a la batería
Con una portada súper llamativa y espectacular, con lo que deduzco que es su mascota, esa especie de pulpo pirata bebiendo en una taberna, con tragaperras de fondo incluida, es súper divertida de ver.
Os habréis dado cuenta de que el título de disco es como el de la maravilla de Iron Maiden «Seventh son of a seventh son» y sí, hasta los propios Alestorm lo reconocieron en directo, que era una referencia del disco de Maiden.
Y en lo musical, pues nos adentramos en 11 temas de puro buen rollo. Acelerados, cañeros y contundentes, nos dan 11 temas para disfrutar y pasarlo bien sin más pretensiones.
Los 2 teclados, sobre todo el Keytar, le otorgan el sonido más cercano al folk y a la épica y por contrapartida las guitarras, bajo y batería le otorgan la parte dura y heavy de su música. Esa mezcla es perfecta y cada canción es susceptible de ser un himno.
Desde el principio con «Magellan’s expedition» hasta el final con «Wooden Leg (part III)» nos encontramos con trallazos de power/folk metal que son adictivos a más no poder. No tienen ninguna pretensión de ser virtuosos del metal, solo hacer música divertida y de buen rollo, así que, si buscas eso, es tu banda. Música divertida, sencilla y efectiva.
He leído por ahí sobre las letras de la banda, que los califican de tontos e infantiles, y hasta que no me llegue el cd y pueda leer las letras no podre opinar con más criterio, pero si diré en su defensa, que una banda que tiene por bandera, la fiesta y el buen rollo, esta claro que no va a hablar ni de política ni de dragones y mazmorras, así que ni os gustan no los escuchéis. Los que si nos gusta queremos y buscamos eso en la banda, fiesta y buen rollo.
¿Destacar algún tema? Pues la verdad es que los tres primeros temas son bombas de relojería ideales tanto para empezar un concierto como para no parar de hacer pogos. «Magellan’s Expedition», «The battle of cape fear river» y «Cannonball» son una carta de presentación espectacular. Y cuando piensas que te van a seguir machacando con canciones cañeras, te sueltan «P.A.R.T.Y.» con un rollo discotequero al mas puro estilo Beast In Black, que la convierte, para mí, en fija de los conciertos. Con ese estribillo tan pegadizo y las partes disco que invitan a bailar, la fiesta no para.
Y después pues más de lo mismo, si te gustaron los primeros temas te apasionará el disco, pues durante los siete temas restantes siguen desgranando con maestría lo que mejor saben hacer, música divertida y fiestera, sin perder el fondo heavy metal.
La verdad es que, a pesar de todo, para mí fueron el descubrimiento del Rock Fest Barcelona y cada vez que quiero entrar en estado de buen rollo y de fiesta, pincho a Alestorm y disfruto como un enano. Gran banda que seguiré muy de cerca.
Fotografías extraídas de la web oficial de la banda.