De verdad, que no sé qué pasa con Grecia, pero cada vez salen mejores productos musicales y a este paso me van a declarar hijo pródigo….
Porque en esta ocasión, procedo a descubriros a esta enorme banda llamada Disharmony. Procedentes de Atenas, han sido un enorme descubrimiento. Si hace unos pocos meses os traía aquí la reseña y la entrevista con los griegos Forbidden Seed, banda que me apasionó desde la primera escucha, con estos Disharmony ha vuelto a suceder.
Gracias a Constantin Maris (líder de Forbidden Seed) por la recomendación y gracias a Christos Kounelis por las facilidades a la hora de conseguir los discos (que están de camino a casa).
La banda está formada por Christos Kounelis a las voces, Panagiotis Gatsopoulos al bajo, Nikos Miras a la batería, John Karousiotis y Stefanos Georgitsopoulos a las guitarras (Espero no haberme equivocado en los nombres).
Y con este tercer disco, obra magna con el que los he descubierto, han dado el do de pecho.
He de decir que la banda se formó en 1996 y que desde 2017 no editaban nada.
Musicalmente, los catalogan como heavy / doom metal, pero para mí son heavy metal entrelazado con dark melodic metal. Traducido, la mezcla cuasi perfecta entre Iced Earth y Witherfall por poner algún ejemplo práctico. He leído por ahí que se asemejan al sonido Nevermore, pero no lo puedo afirmar ya que no es una banda que haya escuchado (prometo hacerlo).
La portada me parece muy espectacular, muy oscura e intrigante, en la cual un «dios» se coloca en su trono por encima de los humanos, todo ello rodeado de un mundo que parece desmoronarse.
Y dentro del disco, pues nos encontramos con once temazos en los cuales se entremezclan con suma maestría géneros tales como el heavy metal más tradicional, el thrash metal y el metal más oscuro.
La voz de Christos, sin desmerecer a otros enormes cantantes, es sublime. Sube, baja, chilla, susurra de manera espectacular. Lo mismo parece que estés escuchando al gran Joseph Michael de Witherfall, como parece que estés delante de Matt Barlow. Es espectacular y ojalá en un futuro próximo lo pueda disfrutar en concierto porque tiene que ser brutal verle utilizar así su voz.
Las guitarras de John y Stefanos suenan afiladas como navajas y te penetran como cuchillos en mantequilla. Los riffs son ejecutados con maestría y los solos son espectaculares. Y las progresiones y variaciones que introducen en los temas hacen que no tengas un segundo de respiro. Maestría en estado puro.
Y la sección rítmica con Panagiotis al bajo y Nikos a la batería es el rumbo perfecto a la música. Llevan en volandas al resto de la banda, dándole el empaque y la potencia necesaria para que suene todo homogéneo y contundente.
Y ante esto, pues describir los temas, me resulta tarea imposible, porque cada tema tiene varios «minitemas» dentro.
Os destacare algún tema. «Norgard» por ejemplo, segundo corte del disco, es quizás el tema más representativo de la música de Disharmony. Tema rápido y contundente en el cual tan pronto suena heavy tradicional, como se pasan al thrash, como se pasan al dark metal, pero con una maestría sublime, sin que aprecies los cambios. Solo puedes disfrutar de las progresiones del tema sin dejar de mover la cabeza.
Otro tema destacable es «Cruel and bitter», un medio tiempo opresivo y aplastante. Y ojo, que, aún siendo un medio tiempo, las progresiones del tema te dejaran extasiado mientras te aplastan sus notas.
Y por último quiero destacar el tema «Trigger of pleasure», donde de nuevo vuelven a entremezclar estilos con una sencillez abrumadora y sin notarse ningún cambio brusco. Aquí incluso aparecen algunos que otros guturales… otra genialidad.
El resto del disco, lo deberéis descubrir vosotros si queréis encontraros con una gran banda, cargada de calidad y que tienen muy claro lo que quieren hacer y cómo hacerlo.
En resumen, otro gran descubrimiento y disco que espero tener pronto en mi colección y que os recomiendo encarecidamente.
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