Pues ya lo tenemos aquí, otro disco más, y van 23, del Sr. Peavy Wagner. Sí, porque la banda de la que hablamos es Rage, pero, es de recibo comentar, que es Peavy and Company, puesto que es el único miembro que sigue desde los orígenes allá por el 1985.
Pero, apreciación aparte, estamos delante de lo nuevo de Rage, y que como casi todas las bandas, han aprovechado el parón de la pandemia mundial para grabar nuevo material.
En esta ocasión, y como viene siendo costumbre (mala a mi manera de ver) han vuelto a producirse cambios en el seno de la formación. Se ha prescindido del Sr. Marcos Rodríguez (gran error desde mi punto de vista) y se ha fichado a dos guitarristas, jóvenes, como son Stefan Weber (ex – Axxis) y Jean Bormann (Angelic y Rage&Ruins).
Es decir, la banda se ha transformado, ha pasado de trío a cuarteto formado por los mencionados guitarristas Stefan y Jean, junto a Peavy y Lucky Maniatopoulos a la batería.
Mi opinión personal es que me gustan más los Rage cuando son trío, por el virtuosismo que ha de demostrar el guitarrista, aunque reconozco que, por contrapartida, dos guitarristas aportan más a la musicalidad del trabajo y creo que en directo le darán mas «realismo» a la música.
La portada, de nuevo, ha sido realizada por Stan W. Decker y vuelve a ser sencillamente espectacular, la mascosta de la banda «renaciendo» en un mundo que simula estar ardiendo y destruyéndose. Muy lograda como siempre.
Y al contrario de otras bandas, que han ido “evolucionando” su sonido, Rage sigue fiel a su estilo, ya sea trío o cuarteto. Es decir, nos vamos a encontrar con 12 temas (11 y una intro) con los Rage de siempre, ejecutando con suma maestría el heavy-power metal de siempre, con acercamientos al speed-metal de los principios y con las orquestaciones a las que nos tienen acostumbrados. Ninguna sorpresa y eso es, justamente, lo que queremos los fans, que sigan dándonos estas dosis de metal con las cuales disfrutamos como enanos.
Estamos delante de otra obra que nos vuelve a demostrar que Rage siguen haciendo metal rápido, contundente a la par que melódico y unos estribillos pegadizos (marca de la casa), algunas orquestaciones por aquí, alguna por allá e incluso algún acercamiento al metal más duro con la introducción de algún gutural. Que nadie se asuste, son unos segundos en el tema Arrogance and Ignorance, completamente asumibles.
Detalle a tener en cuenta, y muy en cuenta, es la colaboración del Sr. Pepe Herrero con las orquestaciones del disco, incluida la intro «Memento Vitae». Unas orquestaciones que sin ser grandilocuentes ni opulentas, le dan un toque genial a las canciones. Para quien no lo conozca todavía, el Sr. Pepe Herrero es el compositor de Stravaganzza y aparte es un polifacetico artista que ha sido director musical de artistas tan variopintos como Mónica Naranjo o el fallecido Camilo Sesto entre otros, aparte de ser el director de orquesta en el concierto que Rage dio en rock fest 2019 tocando íntegro su álbum XIII y el director de la Lingua Mortis Orquesta en Wacken.
Y en lo estrictamente musical nos enfrentamos a 12 temas en los cuales vamos a encontrar todas las señas de identidad de la banda, que ha logrado formar y mantener un sonido y un estilo reconocible desde las primeras notas del disco y al cual se han mantenido fiel a lo largo de toda su transatlántica carrera (1985-2021).
Destacar temas, siempre ardua tarea, pero si me tengo que decantar por algúno en concreto, «Resurrection Day» y «A New Land» son dos de los temas más apreciados por un servidor y los mas característicos del sonido Rage de los últimos años. Velocidad, garra y melodía por partes iguales.
Otro tema que me ha sorprendido por ser de lo mas «agresivo» del disco es Virginity, que, aparte, fue el primer single que nos ofrecieron y que, reconozco, me costó aceptar pero que se ha convertido en temazo para mí.
Y por último, comentar la «sorpresa» del disco, el tema «Traveling through Time». Y ¿Por qué digo sorpresa? Lo menciono porque es un tema en el cual filtrean con sonidos mas «medievales», sobre todo al principio del tema, y que luego va evolucionando a épocas «doradas» como «XIII» o «Ghost» con unas orquestaciones que le dan un toque épico sublime al tema.
En resumen, Rage ha vuelto a confirmar que son valor seguro, ya que no defraudan en ningún trabajo que realicen. Gran disco que entra en dura pugna con todos los lanzamientos de este año para colarse en los tops de todo el mundo.
Ahora solo falta que se nos permita ir a conciertos, ya que un servidor estará en Barcelona disfrutando de Rage si la pandemia lo permite.
Deja tu comentario